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IV DOMINGO DE PASCUA
[Se omite la Memoria de SAN ANSELMO,
Obispo y Doctor de la Iglesia
o de SAN ROMÁN ADAME ROSALES, Mártir Mexicano] *
MR p. 363 [368] / Lecc. I p. 218. LH Semana IV del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 32, 5-6
La tierra está llena del amor del Señor y su palabra hizo los
cielos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a
gozar de las alegrías celestiales, para que tu rebaño, a pesar de
su fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso
Pastor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Se dice Gloria.
PRIMERA LECTURA
[Sólo Jesús puede salvarnos.]
Del libro de-los Hechos de los Apóstoles 4, 8-12
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes
del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca
del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue
curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este
hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret,
a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre
los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los
constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular.
Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna
otra persona a quien Dios haya constituido como salvador
nuestro». Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28cd y 29
R. La piedra que desecharon los constructores es ahora la
piedra angular. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu
misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que
poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el
Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R.
Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí
la salvación. La piedra que desecharon los constructores, es
ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un
milagro patente. R.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde
su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú
eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias, Señor, porque
eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R.
SEGUNDA LECTURA
[Veremos a Dios tal cual es.]
De la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-2
Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre,
pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el
mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se
ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando
él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos
tal cual es. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas
y ellas me conocen a mí. R. Aleluya.
EVANGELIO
[El buen pastor da la vida por sus ovejas.]
Del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo soy el buen
pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio,
el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas

cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se
arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le
importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me
conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al
Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas
que no son de este redil y es necesario que las traiga también a
ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar.
Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para
darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato
que he recibido de mi Padre». Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Levantemos nuestros ojos a Cristo –Obispo y Pastor
de nuestras almas– y pongamos en sus manos, con
toda confianza, las necesidades de todos los hombres
pidiéndole con fe: Jesús, Buen Pastor, sálvanos.
R. Jesús, Buen Pastor, sálvanos.
1. Para que los obispos, presbíteros y diáconos
apacienten santamente a los pueblos que tienen
encomendados a sus cuidados pastorales, roguemos
al Señor.
2. Para que la paz que Jesucristo concedió a los
discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo,
y se alejen de las naciones el odio y las guerras,
roguemos al Señor.
3. Para que los enfermos, los pobres y todos los
que sufren encuentren en Cristo resucitado la luz y
la esperanza, roguemos al Señor.
4. Para que Dios derrame en las familias cristianas
el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano,
de manera que germinen en ellas abundantes
vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor

Dios nuestro, reúne en una sola familia a
los hombres dispersos por el pecado y haz que,
uniéndose a Cristo, el buen Pastor, experimenten la
alegría de pertenecer a tu rebaño. Por Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos
misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente
renovados por su acción, se conviertan para nosotros en causa
de eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua, pp. 499-503 [500-504].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas
y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Buen Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate
conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu
Hijo, a las praderas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 595 [603].